Un equipo de voluntarios de Holystic ProÁfrica viajó del 23 al 28 de julio a Uganda, país en el que el pasado mes de febrero la ONG sentó las bases del proyecto de baloncesto ‘Marisa Arranz’ para enseñar y fomentar la práctica de este deporte entre niños y jóvenes de varias localidades norteñas.
El propósito principal de esta nueva visita consistía en supervisar el desarrollo de las clases de baloncesto que se han ido introduciendo durante las sesiones de educación física en el colegio Father Aloysious Secondary School, en la localidad de Bala, y en la escuela Abongodero Girl’s Primary School, en Aboke, así como asistir a la inauguración de una nueva cancha de baloncesto construida con fondos de la ONG. Por otro lado, otro de los hitos durante la estancia ugandesa era conocer de primera mano el estado de la fisioterapia en esta parte del país.
“Ha sido un viaje muy fructífero”, dice Pablo Llanes, fundador y presidente de Holystic ProÁfrica. “Lo más bonito fue la inauguración de la cancha de baloncesto Marisa Arranz”, añade. La pista, al igual que el proyecto de baloncesto, lleva el nombre de una voluntaria de Holystic ProÁfrica fallecida en noviembre de 2022 y que fue la principal impulsora de la escuela de baloncesto en Wukro (Etiopía).
“Es la pista de baloncesto con mejores condiciones del norte de Uganda”, explica César Cámara, entrenador profesional de baloncesto y responsable del proyecto de baloncesto de la ONG en este país africano. “Además, Father Aloysious es el único colegio de la zona que ya tiene un plan activo de baloncesto, con clases y entrenadores”.
“El acto nos desbordó”, cuenta por su parte Luis Manuel Sancha, coordinador de Holystic ProÁfrica y ex árbitro profesional de baloncesto. “Los niños vestidos con trajes tradicionales y bailando danzas locales, todas las autoridades que acudieron… Fue impresionante”. Para Sancha, se mezclaron dos sentimientos durante la ceremonia de inauguración: “Por un lado, el dolor y tristeza por la ausencia de Marisa y, por otro lado, la alegría de que los proyectos de baloncesto de la ONG tengan una continuidad en otro país africano”.
El equipo de Holystic ProÁfrica desplazado desde España también participó en el desarrollo de los entrenamientos de baloncesto que “se cuelan” en las clases de educación física. “Los cuatro profesores con los que trabajamos, y que partían de nivel cero en baloncesto, han hecho que, desde que arrancamos en febrero, los niños y niñas aprendan las normas básicas y mejoren ciertas habilidades como el bote, el tiro y la finalización”, explica con orgullo César Cámara, que ha podido comprobar cómo el curso de dos días que impartió en febrero empieza a dar sus frutos.
En este viaje han nombrado a un coordinador y, ahora que los cuatro entrenadores tienen smartphone (uno de ellos no contaba con móvil y se lo han traído desde España), han acordado comunicarse a través de un grupo de WhatsApp para que Cámara pueda enviarles técnicas o jugadas en vídeo y establecer un contacto más estrecho. La ONG también ha llevado material deportivo -camisetas, pantalones o zapatillas, etc- para 60 de los niños y jóvenes que entrenan al baloncesto.
Cecilia García, voluntaria de la ONG y responsable del proyecto de baloncesto en Wukro (Etiopía) -toma el testigo de su amiga Marisa-, fue otra de las personas que viajó a Uganda. Era su primera vez en el corazón de África. “Había leído mucho sobre el país, sobre África, pero por muy preparada que vayas, te impacta la pobreza con la que conviven”, confiesa. García destaca de la estancia la actitud de los niños. “Sonríen todo el tiempo, prestan mucha atención, comparten y te agradecen todo. Una maravilla”.
Tras visitar otros colegios de la zona, Holystic ProÁfrica valora la construcción de otras dos canchas de baloncesto para implicar a más colegios y así potenciar la promoción del baloncesto, un deporte todavía minoritario en el norte de Uganda en detrimento del fútbol y el netball (una práctica deportiva parecida al baloncesto, pero con diferentes normas; por ejemplo, no se puede botar).
Proyectos de fisioterapia
Con el propósito de replicar el modelo desarrollado en Wukro (Etiopía), en el que la fisioterapia pediátrica es el foco principal de las actividades de la ONG para tratar a niños con discapacidad, Pablo Llanes se acercó al hospital de la zona (St. John XXIII Hospital Aber) para ofrecer una formación básica de fisioterapia a los enfermeros del centro. “Tuvimos que explicarles lo que era la fisioterapia”, cuenta el fundador de Holystic ProÁfrica. “Hay que tener en cuenta que en Uganda hay poco más de 100 fisioterapeutas para casi 50 millones de habitantes”, recalca.
“Por este motivo, les hemos ofrecido desarrollar un proyecto solidario de fisioterapia que consistiría en contratar a un fiseoterapeuta local que pueda ayudar en la formación de sanitarios, hacer un censo de niños con discapacidad en la región o construir un espacio para acoger a estos niños y donde se puedan desarrollar proyectos de fisioterapia en traumatología y otras especialidades, entre otras cosas”, explica Llanes.
En otra de las jornadas, la ONG visitó el centro que tiene la Adina Foundation en la localidad de Lira (también al norte de Uganda). Allí, entre otras actividades, tratan a niños con discapacidad física, con parálisis cerebral y otras disfunciones neurológicas. Cuentan con dos fisioterapeutas y un trabajador social.
“Les hemos propuesto colaborar ofreciendo formación en fisioterapia pediátrica con voluntarios de Holystic ProÁfrica que vengan a pasar a estancias temporales a Lira”, dice Pablo Llanes.
Con mucho aún por hacer, pero con las bases puestas, Holystic ProÁfrica ha echado raíces en el norte de Uganda. Gran parte del éxito de este arranque se debe a una misionera comboniana, “la tía Encarnita” (es la tía de César Cámara), que lleva 38 años ayudando en diferentes misiones por toda Uganda y que ha hecho de conexión local con la ONG desde que su sobrino César arrancó el proyecto de baloncesto. “El éxito de estos proyectos es la contraparte local porque nosotros lo gestionamos a distancia y cuando hacemos este tipo de viajes puntuales. Y la tía Encarnita nos va a seguir ayudando para sacar todo adelante”, subraya Llanes.
La intención de Holystic ProÁfrica es regresar a Uganda, al menos, una vez al semestre. Mientras tanto, la ONG seguirá impulsando y coordinando desde la lejanía todo lo sembrado en este último viaje en coordinación con la misionera Encarnita, los centros de salud visitados y los entrenadores locales.